El test de elevación activa de la pierna extendida se considera
válido para determinar la presencia de ineficacia de la articulación
sacroiliaca en la transferencia de cargas entre el tronco y los miembros
inferiores, a través de la pelvis, en pacientes con dolor sacroiliaco (SIJP), sin embargo la tonicidad y reclutamiento muscular durante la prueba no habían
sido investigados hasta el momento. Un estudio realizado recientemente (Shadmehr A, et al., 2012) trata de
establecer que ocurre electromiograficamente en el patrón estabilizador de la
musculatura durante la realización de la prueba, comparando sujetos sanos con
sujetos afectos de dolor sacroiliaco y test de elevación activo de la pierna
extendida positivo (ASLR).
La actividad electromiográfica de superficie se registró en los músculos recto abdominal, oblicuo externo, interno, aductores, bíceps femoral, glúteo mayor y espinales durante el test ASLR. La tonicidad y el inicio de la actividad muscular en relación con la iniciación de la prueba y su duración se compararon también.
Los participantes con disfunción o dolor sacroiliaco exhibió una latencia significativamente mayor en el inicio del aductor largo tras el inicio de la prueba ASLR (p = 0,002) en comparación con los controles sanos. Una diferencia significativa se observó también en tonicidades de oblicuo externo, bíceps femoral, glúteo y espinales, así como un mayor tiempo necesario en la ejecución de la prueba (P <0,05) entre los dos grupos.
Estos hallazgos sugieren que hay una alteración en la estrategia de control motor de la estabilización lumbopélvica en pacientes con disfunción sacroiliaca que puede influir en la transferencia de carga a través de la pelvis como suponíamos.
La actividad electromiográfica de superficie se registró en los músculos recto abdominal, oblicuo externo, interno, aductores, bíceps femoral, glúteo mayor y espinales durante el test ASLR. La tonicidad y el inicio de la actividad muscular en relación con la iniciación de la prueba y su duración se compararon también.
Los participantes con disfunción o dolor sacroiliaco exhibió una latencia significativamente mayor en el inicio del aductor largo tras el inicio de la prueba ASLR (p = 0,002) en comparación con los controles sanos. Una diferencia significativa se observó también en tonicidades de oblicuo externo, bíceps femoral, glúteo y espinales, así como un mayor tiempo necesario en la ejecución de la prueba (P <0,05) entre los dos grupos.
Estos hallazgos sugieren que hay una alteración en la estrategia de control motor de la estabilización lumbopélvica en pacientes con disfunción sacroiliaca que puede influir en la transferencia de carga a través de la pelvis como suponíamos.
Además
el periodo de latencia es estadísticamente más significativo a nivel del aductor largo respecto al resto de grupos musculares, y que como
todos sabemos toma inserción en el pubis.
Tal vez este sea uno de los motivos
por el cual existe una asociación importante entre la pubalgia y la disfunción sacroiliaca
no sólo en el ámbito deportivo. Lo que sí que parece estar más claro cada vez
es que el control motor pélvico depende de lo que ocurre por detrás a nivel
sacroiliaco y sus potentes anclajes fasciales y ligamentarios
(mecanorrecepción) y que el pubis es sólo una víctima de todo esto.

